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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y EMPATÍA
Es la capacidad de identificar, regular y expresar adecuadamente las emociones que se despiertan en cada persona, también puede notarse en la habilidad de sentir empatía y confianza hacia otros individuos. La inteligencia emocional tiene un gran impacto en el desempeño, la experiencia laboral y el trabajo en equipo. Es importante reconocer las 6 emociones básicas y universales que todo ser humano experimenta en los contextos de trabajo:
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Tristeza: pasividad y deseo de aislamiento. Esta emoción es importante porque comunica que es momento de darse un tiempo para sí mismo y replantearse las cosas; sin embargo, en los entornos de trabajo puede repercutir en una disminución de la energía y el entusiasmo.
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Alegría: sentimiento positivo ante el cumplimiento de deseos, metas y objetivos. En los entornos laborales produce una mayor productividad y creatividad por parte de los colaboradores, lo que beneficia el trabajo en equipo.
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Ira: sentimiento de aversión o irritación ante la percepción de una situación o persona que no se adapta a lo que deseamos. Un sujeto con ira puede buscar el alejamiento o la destrucción del otro, lo que puede generar violencia y agresiones entre los miembros del equipo.
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Miedo: deseos de huida ante la percepción de un peligro o mal posible. El miedo tiene la función de ponerte en alerta, pero en algunos casos puede ser paralizante. Esta sensación de angustia es recurrente cuando las personas sienten inestabilidad laboral o temen ser despedidos, por lo que se puede reducir el compromiso laboral.
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Sorpresa: admiración ante un estímulo inesperado. Puede ser positivo o negativo, por lo que se dirigen todos los sentidos hacia su observación. Esta emoción es útil en los entornos laborales porque aumenta el sentido de exploración y la curiosidad.
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Asco: también conocido como disgusto, esta emoción protege a los individuos de diferentes elementos, personas o estímulos que pongan en peligro su salud.
Los líderes empáticos tienen la necesidad de entender y valorar el punto de vista del personal. Aceptan las opiniones sin juzgarlas, aunque no las compartan, y tienen en cuenta sus sentimientos. Esto genera confianza en el equipo y crea un entorno de trabajo más colaborativo. También, lo más importante, sienta las bases para que los empleados puedan tener éxito.